Quienes Somos

Somos Oh My Dent, un batallón de dentistas que se cansó de ver cómo los tecnicismos, los precios inflados y las publicidades con sonrisas de stock espantan más que el torno. Decidimos salir del box clínico y encender este sitio para hablarte directo, sin anestesia—pero con humor—sobre lo que realmente importa: cómo reconocer un diagnóstico bien hecho, cuánto debería costar (aprox.) tu tratamiento y qué banderas rojas evitar antes de subirte al sillón.
Esta página existe porque creemos que la mejor defensa contra los malos arreglos y los presupuestos de otro planeta es la información clara. Aquí vas a encontrar guías que traducen la jerga dental al chileno básico, comparativas de tratamientos sin letra chica y check-lists descargables para que llegues a tu primera consulta con más preguntas que miedo. Nuestro objetivo no es reemplazar al dentista (sería un pésimo negocio para nosotros mismos), sino darte las herramientas y verdades necesarias para elegir una clínica de primer nivel—sea o no la nuestra cuando abra.
En resumen, educamos hoy para que decidas mejor mañana. Nos mueve la convicción de que cada peso y cada diente merecen respeto. Si algo que leas aquí te siembra dudas, escríbenos: respondemos en la newsletter semanal con la misma franqueza con que revisaríamos a nuestros amigos. Explora, pregúntanos, comparte; tu sonrisa (y tu bolsillo) lo agradecerán.
Lo que nos Mueve
Nos despierta la obsesión de ver sonrisas auténticas, no las fotos retocadas de catálogos. Creemos que la salud oral es un derecho tan básico como el agua potable, pero sabemos que en la práctica sigue siendo privilegio de quien puede pagarlo o entender la jerga. Por eso convertimos nuestra vocación clínica en cruzada pedagógica: si educamos bien, la gente elige mejor y obliga al sistema a subir el estándar.
También nos impulsa la transparencia radical. No nos asusta hablar de costos, de materiales ni de errores comunes en la profesión—porque ocultar la realidad no la mejora, solo la vuelve más cara. Cada guía, meme o checklist nace de la pregunta: “¿Le serviría esto a mi mamá, a mis amigos, a mis colegas?” Si la respuesta es sí, lo publicamos sin filtro y sin rollos de ego académico.
Finalmente, avanzamos con una dosis saludable de buena onda y comunidad. Soñamos con una red donde dentistas colaboren en vez de competir y donde pacientes compartan experiencias, no traumas. Ese espíritu mosquetero—todos para uno y uno para todos—es la energía que nos hace madrugar para grabar videos, responder correos y pulir contenidos, incluso cuando aún no existe un sillón físico con nuestro logo. Porque el movimiento ya empezó y la próxima gran revolución dental se gesta aquí, entre clicks y carcajadas.
Por qué creernos?
Porque antes de lanzar chistes nos ganamos el título: todos en Oh My Dent somos cirujanos dentistas titulados, y con horas (demasiadas) en pabellón, o en box con atención de pacientes, urgencias y salas de espera. No vendemos cepillos ni pastas milagrosas, ni recibimos propinas de laboratorios; nuestra única agenda es que entiendas lo suficiente como para detectar humo a la primera y exigir un trato de primer nivel.
Además, cada dato que lees aquí viene con apellido: normas de la OMS, guías de la ADA, estudios revisados por pares y, cuando corresponde, cifras reales de clínicas chilenas. Citamos, enlazamos y actualizamos—porque la ciencia avanza y la postverdad también. Si algo cambia, lo corregimos sin drama ni letra chica.
Por último, jugamos con la transparencia radical: publicamos rangos de precios estimados, contamos las limitaciones de cada tratamiento y respondemos tu correo en abierto en la newsletter para que todos aprendan. ¿Quieres referencias? Pídelas; tenemos pacientes, colegas y hasta ex-jefes dispuestos a hablar. Así que sí, ríete con nuestra forma de contarte las cosas — pero créenos porque ponemos los diplomas y la cara.